Nuestro lema de "Aprender Jugando", se ha convertido en una herramienta de trabajo que facilita el aprendizaje de los niños en nuestras aulas. Los niños a través de la interactuación ejercitan mecanismos en el cerebro que les hace aprender de una forma natural, al igual que un niño nativo.
Cada vez son más los profesionales de la educación que apuestan por este tipo de técnicas a la hora de exponer sus conocimientos y enseñanzas. Atrás quedaron lemas como "la letra con sangre entra".
La enseñanza no consiste en memorizar y repetir, como un loro, los conocimientos adquiridos. La enseñanza es mucho más.
Cuando la enseñanza se produce en un entorno relajado y lúdico, sin miedos y presiones que bloquean las neuronas de nuestro cerebro, el aprendizaje se produce de forma más rápida y es mucho más duradero.
Haciendo un símil, mientras que la enseñanza tradicional, la que se había impartido hasta ahora, donde el profesor explicaba y dictaba, mientras el alumno escuchaba y copiaba, se compara con escribir un mensaje sobre la arena de la playa, el cual termina desapareciendo más pronto que tarde; la enseñanza a través de métodos de interactuación, de una forma natural y divertida, se compara con grabar a cincel el mensaje sobre una piedra de granito, que se puede deteriorar, pero difícilmente borrar.
Los avances en el desarrollo neuronal, han demostrado que las cosas que aprendemos de una forma natural, son mucho más duraderas en nuestra memoria, y que si además, a ese aprendizaje le añadimos interés y estamos disfrutando mientras lo hacemos, esos conocimientos son prácticamente imposibles de olvidar.
Si analizamos nuestros propios conocimientos, en un autoanálisis, nos daremos cuenta de inmediato, que las cosas que aprendimos de pequeños de una forma lúdica y divertida, no las hemos olvidado. Desde aprender un simple juego de cartas, a una canción… Lo recordamos todo. Sin embargo podemos hacernos la siguiente pregunta ¿Dónde quedaron las largas y aburridas explicaciones del profesor, y las horas y horas de ejercicios en casa?... La respuesta es clara, en el baúl del olvido.